La inspiración del diseño de Enrico Franzolini y Vicente García Jiménez es la expresión estética de la luz que se refracta en las paredes de titanio utilizadas en los revestimientos murales de muchos museos (incluido el Museo Guggenheim de Bilbao). Las lámparas colgantes Glow pueden disponerse en módulos horizontales equipados con una barra de acero cromado pulido y pueden constar de 1 a 2 luminarias.

